EL OBELISCO SOLARE: UN GIGANTE DE ROCA ROJA EN LA PIAZZA DI MONTECITORIO

 

Obelisco de Montecitorio, en grabado hacia mediados del siglo XIX.

Coordenadas:  41°54'2.45"N 12°28'43.21"E

La Piazza di Montecitorio está en una de las tantas concentraciones turísticas de la ciudad de Roma, sirviendo de explanada del extraordinario Palazzo Montecitorio, sede de la Cámara de Diputados. Se ubica a un costado del patrimonial edificio del Hotel Nazionale y de la Piazza de la Colonna de Marco Aurelio. Ambas plazas duras están separadas por solo un paso entre sus recintos abiertos, atravesando la calle de la Piazza del Parlamento.

Su estilizada enormidad es una de las mayores y más elegantes de entre los 12 principales obeliscos antiguos que existen en Roma, el cuarto en tamaño después del Lateranense, el Vaticano y el Flaminio, atrayendo con sus jeroglíficos la atención de muchos visitantes cautivados con sus proporciones y el curioso remate con esfera estrellada y aguja, en la parte más alta de su verticalidad. Se encuentra alineado perfectamente con las puertas de la sede parlamentaria, al oriente, y con el encuentro de la Via de la Colonna Antonina y la Via della Guglia en el otro extremo de la explanada, al poniente. De este último lado de la plaza se ve más alta, por el desnivel que existe en el terreno ya que se había allí una pequeña colina (Monte Citorio) conquistada principalmente por el edificio del palacio.

A diferencia de varias de las otras grandes columnas egipcias en Roma, sin embargo, no tiene un espectacular pedestal con esculturas y fuentes de aguas, sino más bien un gran plinto con líneas sencillas y sin intermedios artísticos en su contacto con el suelo, pues parece que el obelisco ya destaca lo suficiente valiéndose sólo de sus colosales proporciones: 21,8 metros de altura en su unidad (y probablemente era más grande en su versión original) y 33,9 metros incluyendo la base y el remate esférico de su aguja.

Esquema mostrando cómo se suponía que funcionaba el gran reloj solar del Horologium Augusti. Estudios más recientes, sin embargo, demuestran que su función era mucho más sencilla, señalando principalmente el meridiano. Fuente imagen: www.imperium-romanum.info.

Grabado con distintos obeliscos antiguos de Roma y sus comparaciones. El de Montecitorio es el cuarto, de izquierda a derecha. Fuente imagen: imagoromae.com.

Confeccionado en granito rojo de Asuán con finas secuencias de inscripciones jeroglíficas interrumpidas por los "parches" de roca, este obelisco fue creado durante el reinado del Faraón Psamético II entre el 595 al 589 antes de Cristo, perteneciente a la XXVI Dinastía. Había sido dispuesto originalmente en la ciudad de Heliópolis, al Noreste de El Cairo, en la capital del Nomo XIII del Bajo Egipto, sobreviviendo a la destrucción de la invasión persa y al paso de los siglos.

En el año 10 antes de Cristo, como premio a su conquista de Egipto, el Emperador Augusto hace trasladar a Roma (entre varios otros monumentos de la ciudad) dos obeliscos desde Heliópolis, para volver a levantarlos como piezas conmemorativas de su triunfo: uno era el actual Obelisco Flaminio, que hace colocar en la spina del Circo Massimo, hallándoselo desde hace algunos siglos en la Piazza del Popolo; y el otro fue el de Psamético II, que se instala formando parte del gran reloj solar del llamado Horologium Augusti o Solarium Augusti en el Campo de Marte, diseñado y construido bajo supervisión del matemático Facundus Novius ese mismo año. Se cree que una intención inicial de Augusto podría haber sido levantar ambos obeliscos en su Mausoleo que ya estaba en construcción, pero terminaron siendo erigidos en las señaladas ubicaciones de Roma.

El Solarium Augusti ocupaba un enorme sector ubicado entre las actuales Piazza di San Lorenzo in Lucina y la Piazza del Parlamento, al costado Norte de la Vía del Corso (tramo urbanizado de la Via Flaminia). La enorme columna roja fue dispuesta para funcionar como el gnomon o puntero solar de este complejo del Campo de Marte, razón por la que es conocido como el Obelisco Solare y Obelisco Campense. Proyectaba su sombra sobre indicadores que, en las versiones más complejas que se han propuesto, llegan a ser descritos como un vasto tablero o círculo de mármol, travertino e incrustaciones de bronce dorado.

Grabado de Giuseppe Vasi el siglo XVIII, mostrando el obelisco en ruinas.

Ilustración mostrando la plaza y el obelisco en el siglo XIX.

Ya más cerca de nuestra época... Fuente imagen: web.mit.edu

El obelisco fue levantado con la siguiente inscripción conmemorativa en latín, en su base:

Fil divi Imp. Cesar. / Augusto / Pontifex Maximus / imp. XII cos XI trib pot XIV / Aegypto in potestatem / populi romani redacta / soli donum dedit.

Esto es traducible más o menos de la siguiente manera:

Hijo del divino Emperador César / Augusto / Pontífice Máximo / Emperador 12 veces Cónsul 11 veces con poder tribuno 14 veces / Egipto en poder / pueblo romano / regalo al Sol.

Era el reloj de Sol más grande que haya conocido el mundo antiguo, con una gran plaza con un meridiano de losas de travertino con signos zodiacales, aunque hay ciertas características atribuidas al mismo que están en actual discusión. Se ha puesto en duda, por ejemplo, la creencia de que una amplia red de las líneas permitían saber la hora durante todo el año y en las diferentes temporadas, gracias a la proyección de la sombra del obelisco sobre ellas. Investigaciones más recientes confirmaron que la principal función del gnomon era señalar el instante del mediodía de acuerdo a la época del año en que se estuviese. Se decía también era tan preciso, que su sombra caía justo sobre el altar de mármol de Augusto en el Ara Pacis, en el día de su cumpleaños (Dies Natalis), el 23 de septiembre del Equinoccio de Otoño, aunque otras opiniones recuerdan que estaba consagrado más bien al dio Apolo y su culto solar.

Por alguna razón de cambios en el terreno o de la inclinación, su exactitud se fue perdiendo rápidamente, como constata el cronista Plinio el Viejo en el siglo I. Habría comenzado a fallar en el año 47, menos de 30 años después de inaugurado, y así cayó en desuso hasta ser destruido en épocas posteriores. En algún momento entre el siglo IX y XI se vino abajo y comenzó a quedar sepultado, y aunque se cree que pudo ser largo este período de decadencia con intervención de diferentes factores, como incendios y temblores, siendo el principal sospechoso el Terremoto de 849. Otras teorías suponen que la destrucción principal podrían haberla provocado los ejércitos de Roberto Guiscardo durante el saqueo de Roma de 1080.

Punta y bola de bronce del obelisco.

Tramo central y sus jeroglíficos.

Olvidadas y ocultas, las ruinas del obelisco fueron redescubiertas en 1502, principalmente en un sótano del llamado Largo dell'Impresa, en la actual Piazza del Parlamento. Al asumir el Papa Sixto V en 1585, comenzó a implementar un plan tentativo para volver a erigir la estructura, reemplazándole los fragmentos desaparecidos al obelisco. Sin embargo, el esfuerzo no llegó a prosperar en un plan concreto de reposición, y así siguió durmiendo en el sueño de la historia. Las autoridades volvieron a sepultar en la tierra lo poco que alcanzaron a despejar de él.

El obelisco fue localizado y reencontrado dos centurias después, durante el pontificado Benedicto XIV, ocasión en que también se hallaron restos del desaparecido reloj solar señalados por una indicación ubicada en una de las puertas (la N° 3) de la Piazza del Parlamento. También pudo establecerse que su posición original observada por Plinio era en un sector ocupado hoy por la manzana del Palazzo de Montecitorio. Grabados del artista Giuseppe Vasi realizados en 1738, muestran las labores de recuperación de sus fragmentos que se hacía en ese momento, al tiempo que se ejecutaban también grandes trabajos de demolición y remodelación del entorno urbano.

El posterior Papa Pío VI, lo hizo colocar muy cerca en la plaza enfrente del Palazzo Montecitorio y la Via della Piazza del Parlamento, en trabajos realizados entre 1789 y 1792 bajo dirección del arquitecto Giovanni Antinori. Es donde se encuentra hasta ahora, precisamente. Los grandes fragmentos de la estructura original que se perdieron, debieron ser reemplazados por otras piezas de granito bajo supervisión del propio Antinori, usando para este propósito material granítico de las ruinas de la Colonna di Antonino Pío.

Vista desde su base, con el Palazzo Montecitorio al fondo.

Vista desde el costado de la plaza.

La posición del obelisco en esta plaza vino a reemplazar el sector hasta hacía poco tiempo ocupado por la artística base con relieves de la misma Colonna di Antonino Pío, correspondiente a un pedestal de mármol que, tiempo después de ser restaurado entre 1706 y 1708, había sido colocado en la Piazza di Montecitorio por Ferdinando Fuga, en 1741. Poco antes de que el obelisco reemplazara esta base de mármol, ella fue llevada a los Museos Vaticanos, en 1787, donde estuvo sobre las escaleras de Miguel Ángel en la Fuente de la Piña, hasta ser traslada en 1885 al sector del Palacio de la Pinacoteca.

Por esta ubicación definitiva en la plaza homónima, es rebautizado como el Obelisco de Montecitorio, colocándosele la señalada estructura en forma de globo de bronce sobre la punta. Desde entonces y por mucho tiempo más se pensó que el obelisco era todo lo que había quedado del Solarium Augusti que allí existió, hasta que un equipo liderado por el arqueólogo alemán Edmund Buchner, con estudios realizados entre los años setenta y ochenta, permitió identificar la sección del mediano del complejo con algunas inscripciones en griego a modo de referencias indicativas en mosaicos, en una cámara bajo los cimientos edificados de la cuadra entre la Piazza di San Lorenzo in Lucina y la Piazza del Parlamento.

La Piazza Montecitorio fue sometida a una gran remodelación y así sería reinaugurada el 7 de junio de 1998, ocasión en que se le agregó un nuevo trazado de tablero con meridiano y hemiciclos concéntricos sobre los adoquines justo enfrente de las puertas del Palazzo Montecitorio, en recuerdo simbólico de las funciones del gran obelisco como gnomon del reloj de Augusto.

Mirándolo desde el borde de su base. Inscripciones en las caras de la base.

Vista de la plaza desde el lado del Hotel Nazionale.

Vistra frontal, con el Palazzo Montecitorio atrás.

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